[ Leipzig ]
Mis ojos estaban cerrados
Y aun así podía verte
Delante de mí
Latidos
Miradas
Soledad
Sueños de riqueza
Me miras
Silencio
Visitantes
Compasión irreversible
Desde el fondo de mi soledad te miraba a los ojos. Te paraste delante de mí. Sentiste lástima. Tus fascinados ojos me veían hermosa: poseía la belleza de la soledad y el atractivo de la tristeza. Era tu amante ideal. Te alejaste unos cuantos metros. Encendiste un cigarrillo y te quedaste mirando un poco más. Desde el suelo yo también podía verte. Deseé que te acercaras, que me dijeras algo. Que preguntaras por mi nombre, que me dieras una limosna, cualquier cosa. No me importaba lo que fuera, con tal de tenerte cerca y poder sentirte a mi lado. Te necesitaba, necesitaba tu presencia. Pero el cigarrillo se acabó y tú te marchaste. Desde Leipzig, tumbada en el suelo, fui apuñalada de nuevo por el sueño. Y en mi sueño estabas tú, mi ángel, mi esperanza, mi ideal... mi cruel salvador.
Antaño yo era como tú. Solía pararme delante de los mendigos y les miraba directamente a los ojos, intentando adivinar su historia. Ahora yo soy una de ellos. Quizá algún día lo entiendas. Quizá algún día tú también seas uno de los nuestros.
Cuando ese día llegue, búscame.
Yo estaré en Leipzig, esperándote.
Mi cruel salvador.
"La Muerte... mi morada eterna..."
sábado, junio 07, 2003
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