jueves, junio 19, 2003

[ Desengaño ]

Mis alas están rotas
Cóselas con besos
Mírame, detente,
Súbete a mi espalda

Lágrimas, costras,
Restos de mi ego
Rompe las paredes
Abre tus nuevas alas

Dime que me quieres
Para que el viento que muevan
Tus labios al decirlo
Nos eleve por los aires

Dime que me quieres
Y remontemos el vuelo
Sin meta ni destino
Ni temor ante la Muerte

Hace frío... ¿por qué me siento tan sola? ¿por qué ya no puedo sentir ni el calor del odio? ¿por qué nadie está a mi lado cuando lo necesito? Echo de menos algo, algo en mi vida... algo dentro de mí, algo que me hacía sentir completa, cálida, protegida...

Ojalá pudiera saber qué es. No tengo ganas de escribir más. Los exámenes casi no me dejan tiempo para nada. No espero que os haya gustado la poesía.

"La Muerte... mi morada eterna..."

sábado, junio 07, 2003

[ Leipzig ]

Mis ojos estaban cerrados
Y aun así podía verte

Delante de mí

Latidos
Miradas
Soledad
Sueños de riqueza

Me miras
Silencio
Visitantes
Compasión irreversible

Desde el fondo de mi soledad te miraba a los ojos. Te paraste delante de mí. Sentiste lástima. Tus fascinados ojos me veían hermosa: poseía la belleza de la soledad y el atractivo de la tristeza. Era tu amante ideal. Te alejaste unos cuantos metros. Encendiste un cigarrillo y te quedaste mirando un poco más. Desde el suelo yo también podía verte. Deseé que te acercaras, que me dijeras algo. Que preguntaras por mi nombre, que me dieras una limosna, cualquier cosa. No me importaba lo que fuera, con tal de tenerte cerca y poder sentirte a mi lado. Te necesitaba, necesitaba tu presencia. Pero el cigarrillo se acabó y tú te marchaste. Desde Leipzig, tumbada en el suelo, fui apuñalada de nuevo por el sueño. Y en mi sueño estabas tú, mi ángel, mi esperanza, mi ideal... mi cruel salvador.

Antaño yo era como tú. Solía pararme delante de los mendigos y les miraba directamente a los ojos, intentando adivinar su historia. Ahora yo soy una de ellos. Quizá algún día lo entiendas. Quizá algún día tú también seas uno de los nuestros.

Cuando ese día llegue, búscame.

Yo estaré en Leipzig, esperándote.

Mi cruel salvador.

"La Muerte... mi morada eterna..."